La palabra Karma significa literalmente acción y hace referencia a los actos intencionados de los seres sensibles.
A diferencia de la religión católica los hindúes y budistas aceptan la idea de inmortalidad del alma. Este concepto es fundamental a la hora de entender esta ley universal, ya que si el alma es inmortal en la sucesión de reencarnaciones siempre será la misma y así arrastrará el karma vida tras vida. Esto es esencial para comprender como acciones que realizamos en esta vida, siempre tendrán su consecuencia en el futuro, sea en esta vida o en otra. A su vez los efectos que sufrimos tienen su origen en el pasado, de esta vida o de otras vidas pasadas. Si aceptamos esto, también podemos pensar que de acuerdo a como vivimos esta vida estamos diseñando nuestras vidas futuras.
Para entender la idea de karma, debemos tener una mente abierta y dejar por un momento creencias religiosas, ya que al aceptar el hecho de que vivimos muchas vidas estamos tal vez rechazando lo que algunas religiones que no creen en la reencarnación dicen al respecto, dándole éstas al individuo una sola vida para alcanzar la perfección, teniendo como ya sabemos cada uno de nosotros diferentes condiciones y oportunidades desde que nacemos. Al respecto, hay quienes opinan que la reencarnación se mencionaba en el Nuevo Testamento y que fue en tiempos de Constantino cuando los romanos la censuraron. Jesús afirma en varias ocasiones reconocer a Elías en Juan el Bautista (Mateo 11:14,17:12, Marcos 9:13). Si somos católicos y no nos gusta apartarnos de los dogmas de la Iglesia podemos dar a este hecho tan sólo el beneficio de la duda, luego cada uno pensará al respecto lo que su corazón le dicte.
Este tema es trascendente para el ser humano, ya que si comprendemos que existe un alma que nos acompaña por las diferentes vidas; que pervive después de la muerte del cuerpo físico y regresa una y otra vez a otros cuerpos buscando en cada existencia alcanzar planos superiores, estamos aceptando entonces nuestra propia inmortalidad.
Estos actos que van formando nuestro karma pueden ser físicos, mentales o verbales y todos tendrán impacto y consecuencia en el individuo. Pero debemos entender esta causa o acción como un proceso natural básico no como un mecanismo divino o como una ley determinista que marca nuestro destino.
Karma es entonces acción, acción y reacción, causa y efecto, todo lo que hacemos, pensamos o sentimos tendrá sus consecuencias, toda pena o dolor que provoquemos a otros será karma que nos estamos creando y no podremos evitar las consecuencias del mismo, nos tocará luego a nosotros en algún momento de esta vida u otra sentir el mismo dolor que provocamos. Pero seremos siempre libres para elegir el como actuar en nuestra vida, eso se llama libre albedrío, somos nosotros los que decidimos los caminos a tomar, si desarrollaremos más o menos nuestra capacidad de amar, si preferiremos la generosidad frente al egoísmo, la bondad frente a la maldad, la tolerancia, la empatía, el respeto, la compasión, el ayudar a quien lo necesita, todo esto está a nuestra disposición.
Todos tenemos nuestra propia historia kármica